Cuentober 2020, día 14
Una Relación Especial
Rick hizo una pausa y se estiró, arqueando la espalda. Ésta tronó de forma audible y de inmediato sintió que la tensión se relajaba un poco. Tomó otra vez la espátula para raspar una plasta blancuzca y siguió limpiando el piso todavía mojado.
Nunca se había quejado de tener que limpiar la casa al día siguiente a una reunión, y no iba a empezar ahora. No poder quejarse no era una elección, aunque nadie lo entendiera. Cuando le preguntaban cómo iba todo con Agnes, él respondía "no me puedo quejar", lo que provocaba risas a pesar de no ser un chiste (al menos no para él, quizás para ella sí), y recibía miradas con una mezcla de asombro y admiración, como si lo suyo fuese envidiable.
Lo peor es que era consciente de que hasta hace unos meses habría dicho que lo hacía con amor, y hubiera sido cierto.
Suspiró resignado, no había nada más que hacer. La casa debía quedar reluciente antes de que ella volviera del aquelarre, o lo echarían a los lobos.
Literalmente.
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