Cuentober 2021, día 13: Traición

Engaño y traición

La soga le cortaba la circulación, pero ése era el menor de sus problemas.

Parpadeó mientras trataba de acostumbrarse a la vaga y amarillenta iluminación del lugar.

Miro a su alrededor. Era un lugar amplio y sucio, pero no demasiado. Media docena de sucias lámparas fluorescentes pendían del techo, pero sólo dos funcionaban. No había ventanas, y había cajas vacías junto a una pared. Quizás una bodega o un sótano.

No alcanzaba a ver sobre su cabeza, pero sus ataduras se sentían como una soga. Debía estar amarrado a alguna argolla o soporte en la pared. Las ataduras parecían firmes.

No había nada en el piso a su alcance, así que no podía elevarse para tratar de descansar los brazos.

Se recriminó por haberse dejado sorprender, aunque cuando fue a ver a Tom lo hizo deseando estar equivocado. No era fácil aceptar que una persona a quien consideraba su amigo, casi una figura paterna, alguien que había sido su compañero por casi diez años, fuese un criminal, un peligroso asesino.

Se sentía traicionado, sí, pero lo que más deseaba en ese momento eran respuestas, y no estaba seguro de que fuera a obtenerlas.

Sentía comezón en la muñeca, pero la soga estaba tan apretada que ni siquiera podía frotarse contra ella. Era desesperante. Suspiró resignado mientras repasaba lo que sabía.

El testimonio de la portera lo había perturbado, no por lo sorpresivo de su declaración, sino porque tenía demasiado sentido. Lo que dijo la mujer explicaba cómo era que el asesino parecía siempre un paso delante de ellos, y ni hablar de los extraños cambios de humor que cada vez eran más frecuentes en Tom.

Aún así, le dolía no haberse dado cuenta antes. Quizá pudo haberlo ayudado, hacer algo para prevenir el lento descenso de su amigo a... a lo que fuera eso en lo que se había convertido.

Y justo él, el detective a cargo del caso, había estado cerca del asesino todo este tiempo sin siquiera sospechar lo que sucedía. Era como una cruel broma del destino.

Pero no tenía caso recriminarse por algo que no podía cambiar. Estaba vivo y por ahora eso era lo único importante, aun si no tenía forma de saber qué ocurriría cuando Tom volviera.

¿Lo iba a torturar? ¿Lo mataría? ¿O pensaba dejarlo ahí, fuera del camino y abandonado a su suerte?

Si sólo supiera qué clase de trauma o incidente pudo haber corrompido a un buen policía, tal vez podría tratar de razonar con él, pero la verdad es que no sabía siquiera si tendría oportunidad de hablar.

Hizo un esfuerzo por relajar sus músculos mientras esperaba, aunque no era sencillo. Su situación parecía desesperada, pero lo único que podía hacer ahora era esperar...

🄯 2021 Alberto Calvo Cuéllar

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