Cuentober 2021, día 29: Asedio
Terror en el jardín
Una mariposa revoloteó frente a su rostro, pero no pudo evitar estremecerse.
Sentada en la oscura humedad del cobertizo, no podía evitar pensar en los años que había pasado atendiendo aquel jardín sin preocupación alguna, disfrutando de cada momento que pasó atendiendo las flores y extirpando las hierbas del cuidado refugio que su abuela había creado detrás de la vieja casa de la familia.
En todo ese tiempo jamás imaginó que algún día experimentaría ahí una pesadilla como la que enfrentaba ahora. Sin moverse de donde estaba trató de ver entre los tablones si había algún modo de llegar a la casa, y aunque no veía nada, eran varios metros de espacio expuesto.
Un ruido a su costado la hizo dar un salto mientras reprimía un grito.
Sólo eran los aspersores que se acababan de encender. Quizá la idea de ponerles un temporizador no fue la mejor, pero al menos ahora tenía un ruido familiar en vez del ominoso silencio de unos minutos antes.
Las noticias del día anterior hablaban de un brote de un repentino brote de una infección de origen desconocido que ocasionaba que la gente se volviera violenta. En redes sociales había quienes hablaban de actos de canibalismo, lo que le parecía una absurda exageración.
Pero luego de ver a aquel... hombre que intentó atacarla mientras desyerbaba los arbustos alrededor de su rosal, ya no estaba tan segura.
Había usado sus tijeras sin pensar, y en un acto reflejo corrió a esconderse en el cobertizo, pero no podía quedarse ahí para siempre.
Respiró hondo y tomó una decisión. Se puso de pie, tratando de no hacer ruido, y puso otras tijeras y un rastrillo en la bolsa frontal de su delantal. Se acercó a la puerta y tomó la pala que tenía colgada detrás de ella.
Reprimió una melancólica sonrisa al pensar que era como si estuviera en una película. Agarró la pala como si fuera un bate de béisbol y se dispuso a abrir la puerta. Si debía esconderse y resistir un asedio, lo haría bajo sus términos y en su propia casa.
🄯2021 Alberto Calvo Cuéllar
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