Cuentober 2022, día 13: Perdido en el bosque (fluir, trueno, apuñalado)

Desencuentro fatal

La cabeza le zumbaba y no podía pensar con claridad. Sus manos estaban llenas de sangre, y no sabía por qué.

Miró a su alrededor tratando de recordar dónde estaba y cómo había llegado ahí, pero lo único que entendía era que estaba en medio de un bosque.

No tenía idea de en dónde estaba, pero empezó a caminar, lentamente y sin rumbo. No sabía donde iba, pero no podía sólo quedarse ahí. Conforme avanzaba sentía que poco a poco podía pensar con más claridad, pero por más que se esforzaba no recordaba qué había sucedido.

Escuchó ruido de agua y lo siguió hasta un arroyo. Ahí se lavó las manos hasta que pudo sacar toda la sangre, y después se mojó la cara, esperando que eso lo ayudara a despejarse un poco.

Se quedó viendo su reflejo en la superficie y se estremeció. No supo por qué, pero ver su rostro deformado por el agua agitada lo había perturbado. Se levantó y, tras pensarlo un momento, decidió seguir el arroyo corriente abajo.

No tenía idea de la hora, pero el sol estaba lo bastante arriba como para pensar que era media mañana o media tarde. La vereda por la que caminaba era irregular y ondulaba acercándose y alejándose del arroyo. No parecía demasiado transitada, y tampoco registraba nada en su memoria.

Tras un rato caminando hizo una pausa para descansar y se acercó al arroyo para beber un poco de agua. Al agacharse sintió un fuerte dolor en la cabeza y se dejó caer de espaldas, cerrando los ojos.

Sentía como si algo estuviese martillando su cabeza desde el interior, como si algo atrapado ahí dentro luchara por salir. La sensación era insoportable y cada vez más fuerte hasta culminar con una potente explosión, una especie de trueno surgido de lo más profundo de su ser, y entonces recordó todo.

Él y su padre iban a pasar juntos el fin de semana en la cabaña de la familia, pero lo que debía ser un bienvenido descanso de sus problemas cotidianos se había convertido en una incómoda situación luego de que la noche anterior le confesara que pensaba dejar la universidad.

Esa mañana, durante el desayuno, la cosa había escalado, y a los gritos siguió un intercambio de insultos que derivó en empujones. Nunca supo en que momento tomó un cuchillo, y antes de poder pensar en lo que hacía, había apuñalado a su padre.

Ahora recordaba haberse quedado ahí parado, todavía temblando de rabia, mientras su padre se desangraba a sus pies. Nunca había visto fluir tanta sangre, pero ni así había intentado ayudar a su moribundo progenitor. En cuanto recobró el control de sus músculos había salido corriendo de ahí.

Cuando huyó aún tenía el cuchillo en las manos, pero no estaba seguro de que había hecho con él. Miró a su alrededor y por fin logró ubicarse. Si seguía por donde iba no tardaría en llegar a la cabaña, y no podía hacer eso. Nervioso se mordisqueaba las uñas mientras trataba de decidir qué hacer.

Finalmente tomó una decisión. Respiró hondo y se metió al arroyo para vadear hasta el otro lado. Al salir del agua volvió a mirar a su alrededor, y empezó a caminar, pero ahora corriente arriba, y alejándose poco a poco del arroyo. Miró al cielo y pensó que si se daba prisa quizá podría llegar a territorio canadiense antes del anochecer.

🄯2022 Alberto Calvo Cuéllar