Cuentober 2022, día 16: Convalecencia (arañas, heridas, poción)

Sobreviviente

El camastro era duro como una piedra y la espalda le dolía casi tanto como las heridas.

Si sentía dolor, seguía con vida. No lo esperaba luego de la emboscada en el Cañón de las Arañas, pero habían logrado escoltar a la princesa de vuelta al castillo. Él y un puñado de sus hombres quedaron atrapados fuera del castillo con una horda de orcos pisándoles los talones, pero no se arrepentía de haber ordenado levantar el puente.

Miró a su alrededor y por los muros y la forma de las ventanas le pareció estar en una de las torres del castillo, pero no tenía idea de cómo había llegado hasta ahí. Quiso sentarse, pero se sintió mareado y desistió en el esfuerzo. Levantó la cabeza y con la mirada buscó alguna seña de dónde estaba, pero había pocos muebles y no le resultaban familiares.

Sobre la mesita al lado de la cama había paños y un mortero lleno de una viscosa sustancia, quizá un ungüento. Al otro lado de la habitación había una mesa más grande llena de cosas que no podía identificar, más allá de algunos frascos de formas extrañas, y una jarra. Tenía la boca reseca, pero aun si la jarra tenía agua, estaba fuera de su alcance, así que tendría que esperar a que vinieran a verlo.

Cerró los ojos y pudo recordar un poco de lo ocurrido. Dos hombres lo habían llevado casi a rastras hasta el viejo camastro. Sufría un dolor insoportable, pero era consciente de que había más gente en la habitación y parecían hablar de él. Alguien, ¿una anciana...? le había dado a beber algo. ¿Una poción? Quizá, pues después perdió el conocimiento.

Volvió a mirar a su alrededor, y pensando en el ungüento y los frascos en la otra mesa decidió que debía estar bajo el cuidado de la curandera del rey, en la torre sur del castillo. Se preguntó si alguien más habría sobrevivido, pero prefirió no pensar en eso. Ahora no podía más que descansar y esperar. Llegado el momento lo pondrían al tanto.

🄯2022 Alberto Calvo Cuéllar