Cuentober 2022, día 5: Incursión (descanso, aplastar, elegante)
Asalto nocturno
Se recargó contra el muro de la fortaleza y se pasó el dorso de la mano por la frente para recoger el exceso de sudor.
Sintió raro el tacto sobre su rostro y se miró las manos. Las tenía cubiertas de sangre. Casi seguro se había ensuciado el rostro al tratar de secarse el sudor. Sonrió con cierto dejo de amargura. No tenía a mano un espejo, pero no le importaba. Con un poco de suerte, tendría un aspecto aún más temible que el habitual y sembraría el miedo en sus enemigos.
Suficiente descanso, tomó su espada y tras asegurarse de que la mezcla de sudor y sangre no interfería con su agarre hizo señas a los tres hombres que iban con él. Era momento de avanzar hacia el siguiente puesto de guardia.
Su plan era elegante en su simpleza. Había crecido en esa fortaleza y la conocía como la palma de su mano, algo que pensaba aprovechar al máximo. Su padre lo había tachado de loco cuando le expuso su idea, pero al final cedió. Era la mejor manera de retomar la fortaleza sin tener que someterla a un largo asedio.
Su ubicación hacía imposible un ataque a gran escala sin que notaran la presencia de un ejército con tiempo más que suficiente para preparar sus defensas, pero un grupo pequeño familiarizado con aquella montaña podía llegar hasta sus muros sin ser avistado por los vigías, así que eligió a tres de sus mejores hombres para que lo acompañaran.
Hasta ahora todo iba según lo esperado. Debían eliminar a otra media docena de guardias divididos en dos grupos, y entonces podrían tomar control del puente. Éste sería fácil de sabotear, y pasarían horas antes de que alguien se diera cuenta de lo ocurrido, así que las fuerzas de su padre podrían atacar al amanecer sin temor a que hubiera arqueros esperando su avance.
Con la venía de los dioses su familia ocuparía de nuevo su ancestral trono antes de que el sol se volviera a poner, y para entonces ya habrían logrado aplastar al grueso de las tropas del traidor.
Sólo esperaba que, cuando al romper el alba se desatase el caos, aquel infeliz actuase justo como él anticipaba. De ser así, tendría la satisfacción de matarlo en persona, con lo que el honor de su familia quedaría restaurado incluso antes de localizar a su hermana al interior de la torre.
Con una seña detuvo a sus hombres y se preparó para saltar sobre el distraído vigía que se acercaba. Cuando lo hizo usó tanta fuerza que casi le arranca la cabeza de un tajo. Sus hombres pasaron junto a él e instantes después escuchó como mataban al resto.
Hizo un esfuerzo por contener el feroz rugido que luchaba por escapar de sus pulmones. Estaba cerca, muy cerca. Respiró hondo para controlarse e indicó a sus hombres que avanzaran sobre el último puesto de vigilancia.
Sonrió en anticipación de las siguientes horas. Ahora estaba seguro de su familia volvería a controlar la Fortaleza del Diablo y los territorios sobre los que ésta se erigía.
🄯2022 Alberto Calvo Cuéllar
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