Cuentober 2022, día 6: Rescate (cerebro lavado, escape, veloz)
Fuga Nocturna
Sacar de ahí a la chica no sería tan fácil como había pensado.
Como investigadora privada, Bridget encontraba frustrante esta clase de trabajo. Desde que obtuvo su licencia, dos años atrás, estaba acostumbrada a los prejuicios, pues muchos cuestionaban su capacidad para ejercer la profesión, y a lo largo del tiempo había hallado ventajas y desventajas en pertenecer al "sexo débil".
Por ejemplo, era fácil pasar desapercibida en ciertos lugares, pues la mayoría de la gente no considera peligrosa a una mujer. Guardias de seguridad, guardaespaldas e incluso policías solían ignorarla, lo que a menudo facilitaba su trabajo, pero había ocasiones en que le gustaría tener más músculo o una mayor presencia física.
Días atrás fue contratada para rescatar de una secta a una joven, y tras investigar un poco no tuvo problema para unirse al grupo. En sólo dos días se había integrado de lleno a sus actividades cotidianas y ya tenía estudiado el lugar, con todo y un plan para salir de ahí junto con su objetivo.
El problema es que no había anticipado que el lavado de cerebro a la chica fuera tan profundo. Luego de una breve conversación supo que no podría convencerla de irse por voluntad propia, y tampoco estaba segura de poder sacarla con engaños, así que tendría que usar la fuerza, departamento en que no podía competir con un hombre.
La chica de dieciocho años era muy delgada y bajita. Calculaba que debía pesar unos cincuenta kilos, así que no sería difícil cargarla si la dejaba inconsciente. El problema era que estaban en una hacienda, lejos de la carretera, y tendrían que recorrer algo más de un kilómetro.
Su asistente tenía instrucciones de llevar su auto todas las noches hasta un punto previamente acordado cerca de la carretera y esperar por tres horas. No había vigilancia más allá de los muros de la hacienda, pero su escape debía darse con el mayor sigilo posible, pues no podría evadir perseguidores con la chica a cuestas.
El líder de la secta la ponía nerviosa y no quería pasar otro día en ese lugar, pero debía hallar una forma veloz de desplazarse con la chica. No era algo sexual (no era esa clase de secta) pero algo en su comportamiento le parecía perturbador. Algunas noches había ceremonias a las que no todos podían asistir, pero no le parecía que fueran satanistas.
Con el pretexto de que necesitaba En el cobertizo halló bicicletas, pero no había como llevar una chica inconsciente en una de ellas. También había carretillas, pero el terreno que debía cruzar no era ideal para una, además de que no sería fácil sacar una al otro lado del muro.
No le gustaba la idea, pero quizá sería mejor sacar a la chica de la hacienda, buscar dónde esconderla, e ir en busca de su asistente para volver por ella en el auto. Sólo esperaba no toparse con una sorpresa y que todo saliera bien, porque el padre de la joven parecía un tipo de muy mal carácter.
Suspiró y caminó de vuelta a la huerta. Sería mejor cumplir con sus labores y no llamar la atención. Si todo salía como esperaba, esa noche saldría de ahí y podría por fin regresar a casa.
🄯2022 Alberto Calvo Cuéllar
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